Roly Serrano se presentó en el teatro El Alma Encantada en la ciudad de Cosquín con su obra Rolando. El afiche publicitario lo presenta disfrazado de enfermera y despierta la incertidumbre del contenido de su pieza teatral que pareciera recorrer los caminos del humor pero te lleva por la reflexión, el aprendizaje, la emoción y "el teatro de verdad".
Al final de su presentación Roly explicó en palabras simples y cercanas al público que su obra era realizada por todos los presentes, que él cumplía la función de guía. Sus palabras fueron ciertas, no necesariamente porque los espectadores tuviéramos un rol activo en desarrollo, más que acompañar con risas, silencios y aplausos. Sino porque en su relato, vivimos todos.
La obra fue casi autobiográfica y aunque contaba historias de su vida, en algún punto cuenta historias que nos tocan a todos. Porque cuando alguien atraviesa el dolor, la enfermedad, el miedo pero también atraviesa el amor, la risa, un poco de muerte y algo de vida, hace de la historia una obra de teatro y de ello un aprendizaje para todos.
¿Me amo o no me amo? fue el eje de la cuestión, el replanteo del amor propio a la hora de sanar las enfermedades, el cuidado personal y la visión sobre nosotros mismos. La necesidad de buscar algo positivo en la imagen que devuelve el espejo y entender de una vez y para siempre que cuidarnos es un acto de amor, amor propio y ajeno.
Roly se presentó como un paciente en silla de ruedas que habla de su vida, su pasado, sus anécdotas, un poco de humor y otro poco de nostalgia, como la enfermedad puede ser un camino de autoconocimiento y aprendizaje de amor. La cartelera tiene al actor vestido de enfermera sin embargo en la obra no se lo ve como tal, pero cuando ves más allá entiendes lo que su obra nos viene a mostrar: como todos necesitamos convertirnos en aquellos enfermeros que cuidamos de nosotros con amor, presencia, empatía, humor y respeto cuando más nos necesitamos.
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